EL FIN DEL MUNDO
Autor: Tzamn Arias
El fin del mundo ya está aquíy ni los mayas,la Biblia o Nostradamusacertaron en sus predicciones de como ocurriría. No tenían ni idea… cómo predecir tal absurdo.Se acerca rápidamentey desde aquí se puede ver. Si te asomas por la ventana lo verás con toda certeza, en todo su esplendor; justo frente a tus ojos, sobre todo en un día tan despejado como hoy.
Hablar sobre el fin del mundo no es cosa fácil, sobre todoporque se ha hecho del tema algo tan manoseado que ya no espanta a nadie. Es gris y no tan espectacular como todos esperaban.El brillo de Hollywood lo opaca todo con sus luces altaneras y su todopoderoso dólar y esta vez no fue la excepción.
En realidad no veo a ninguno de los jinetes del apocalipsis,creo que se fueron hace tiempo ya y no los culpo, aquí no hay nada más que hacer, la rapiña acabó con todo y a las plagas ya nos acostumbramos.
Todo lo que queda antes del final es gris y aburrido, carente de toda carga dramática. Nada espectacular como en el cine, nada de mega estructuras colapsando y maremotos que destruyen las principales metrópolis mientras violentos huracanes arrasan con bellos pueblitos que no llenarán más con sus colores el bello paisaje. Todo se reduce a un simple cambio en los papeles de verdugo y víctima. ¿En dónde quedó la multitud histérica que corre por las calles mientras algunos desafortunados mueren como moscas en verano? Caras inexpresivas y apáticas que chocan torpemente entre ellas con la mirada llena de vergüenza y la autocompasión de quien lo ha perdido todo frente a quien más tiene.Resignados a lo que pase. El mundo está demasiado ocupado sintiendo lástima por sí mismo y la gente no es consciente de que algo más grande está pasando. El fin del mundo comienza con la muerte de la esperanza,ese placebo que nos ayuda a llegar al otro día.
Sólo una muerte lenta, triste y poco gloriosa de la Pachamama[1]. Esa madre paciente que se cansó de esperar un poco de respeto de aquellos a quienes dio tanto y pedían cada vez más. Se acerca… se acerca y nadie hace nada; ahora ya nadie puede hacer nada.¡El cáncer está demasiado avanzado!
Es un cáncer terminal que se ha esparcido sin controlpor todas partes, llenándolo todo con sus ámpulas de cristal y de cemento, de calles y edificios que supuran gente. Un mal que amenaza con volverse altamente contagioso a Marte o a la luna y lo peor del caso es la velocidad de su mutación.Se adapta fácilmente y es muy difícil erradicar debido a su rápido crecimiento poblacional y novedosa tecnología.
Para lo avanzado de la enfermedad el único remedio posible es la muerte del cáncer a costa de la vida del paciente; sin más, al fin de cuentas, muerto el perro se acabó la rabia.
No importa cuántas campañas ecológicas pretendan llevarse a cabo o cuantos actos quijotescos en pos de la conciencia ambiental estén dispuestos a lograr. Ya no importa cuántos arbolitos siembren, no tendremos el tiempo de verlos crecer, ni nuestros hijos ni nuestros nietos; todo se lo llevará el agua y la avaricia de quienes vendieron lo más bello de este mundo para disfrutarlo sin compartir hasta dejarlo seco.
Y el juicio final jamás llegó; y los “malos” no salieron castigados, todo siguió y siguió... como hasta entonces. Y los niños con dinero seguían empleando ancianos indigentes como asistentes para... para yo que sé, cualquier oportunidad es buena para sentirse diferentes.Cada ser que nace es como una célula cancerígena,bebes transgénicos vitaminados y fortificados con cuerpos y mentes que crecen a un ritmo mayor del que pueden asimilar.
Esta es mi fantasía sobre el fin del mundo: comienza con una enorme ola que se va formando alrededor de todo; que cubre todo lo que abarca mi mirada y más. Crece, crece; ¿cuatro metros?, ¿seis, ocho? No importa, lo suficiente para mandarnos a todos al más allá; al otro mundo con nuestros queridos antepasados, sólo que esta vez no quedará nadie para escribirlo y tal vez tampoco alguien para leerlo.
Una idea bella y utópica… pero no imposible: irnos todos juntos...vámonos... ¡¡a la basura, se acabó!!
Todo sigue su curso en cámara lenta, las luces hace rato se apagaron y el telón de esta tragicomedia está a punto de realizarsu última función en este triste y morboso circo ávido de más y más.El caos y la violencia pasan a segundo término. La enorme masa de agua y odio que gira no para de crecer. El miedo parece haber detenido el tiempo y sólo puedes pensar: ¿así es como termina... mi vida?
Volteo y a mi lado se encuentra mi madre que me toma de la mano fuertemente y me mira con tristeza compartida; como quien se alegra de saber que estará contigo hasta que todo acabe, triste porque lo que más quiere va a morir con ella. Pedazos de vidrio y mar se estrellan violentamente contra mi cara mientras todo es cada vez más borroso...
La muerte perfecta para un día de mierda. Sólo tu risa idiota y nada más que ofrecer. La impotencia y el terror ante lo inevitable, en domingo o en martes, no importa... es el fin del mundo y yo lo he esperado tanto tiempo aquí sentado que me había olvidado ya de él.
[1]Creencia religiosa en pueblos autóctonos andinos. Enlengua aimara y quechuapacha: tierra. Madre tierra.
Нема коментара:
Постави коментар